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Su imagen y semejanza

Su imagen y semejanza

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.Gen.1:27

Tu y yo fuimos diseñados a imagen y semejanza del Dios del universo: en nuestro interior tenemos todo el potencial para ser santos, para ser fieles, para mantenernos firmes, tu y yo fuimos diseñados para una vida sobrenatural, para lo perfecto, para ganar, para avanzar, para poseer, el problema no está en aquello que carecemos humanamente, sino en desconocer lo que se nos ha sido dado desde el mundo espiritual.

Todo ese potencial sobrenatural es activado por medio del Espíritu Santo a través de la fe en la palabra de quien nos dio su imagen y semejanza; debemos creer su palabra mas que a las circunstancias momentáneas, debemos enfocarnos en el carácter amoroso y misericordia de nuestro Dios , antes que en las amenazas surgidas de las circunstancias, las cuales pueden er transformadas, cambiadas y superadas con éxito.

El efecto directo de la imagen de Dios en ti está en el versículo siguiente:

“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…”

Cuando perdemos de vista que fuimos diseñados a imagen y semejanza de Dios, perdemos el efecto de su bendición sobre nosotros, nos haces infructuoso en aquello que realizamos, lo que deberías multiplicar se torna en división, en lugar de llenar la tierra con su gloria, la tierra te llena de su influencia y pecado, tu destino para sojuzgar, es decir conquistar y someter violentamente si fuere necesario, es cambiado por esclavitud y sometimiento a aquello que debes poseer, y en vez de señorear, otros se enseñorearán de ti.

Por eso en este día declara:

Vine a esta tierra con un destino profético y un propósito eterno que debo cumplir, poseo en mi interior los dones y talentos necesarios para una vida de gloria que traerá felicidad al Padre y bendición al mundo que me toco vivir.

Soy un líder del cielo en la tierra, he sido diseñado para multiplicar,  fructificar, poseer, liberar y bendecir a otros; mi lugar es siempre arriba y nunca abajo, siempre adelante y nunca atrás, soy cabeza y no cola, todo lo que se me oponga a ese destino lo puedo vencer, cambiar y transformar en grandeza y gloria, lo declaro en el nombre de Jesús, amén.

 

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