Como hijos de Dios, estamos llamados a seguir el formato del Reino de los Cielos para nuestra vida; existen también los formatos de la cultura donde nacimos, de la raza de dónde venimos, de la sociedad donde vivimos, y aún existen formatos y modelos que surgen de los deseos, complejos, y reacciones particulares de cada cual.
Dios quiere que avancemos, por eso desde el principio, Dios llamó al hombre a avanzar:
Abraham fue llamado a salir de su tierra, y su parentela, El pueblo Hebreo a salir de Egipto, José fue llamado a emigrar a Egipto con Maria y Jesús, como una forma de refugio y protección; notemos que lo que para unos puede ser el lugar de esclavitud, para otros puede ser el lugar de refugio, la diferencia en tu vida no la hace el lugar donde estás, sino la Voluntad de Dios para tu vida, y tu actitud de fe, obediencia, y coraje para conquistar.
Josué por su parte, fue llamado a tomar la fe estéril y cómoda de sus mayores, para avanzar hacia una conquista, no particular, sino colectiva, que era movida por los planes de Dios, donde los Hebreos eran un instrumento para traer al Salvador.
Hay generaciones que nacen sepultadas, sus sueños de avanzar son abortados, por la falta de proyección de quienes las engendraron.
Hay generaciones que nacen para subsistir, por eso, aprenden a conseguir el pan, y cuando el cuerpo no puede más y no requieren alimento, y se mueren para siempre.
Hay generaciones que avanzan hacia atrás, el pasado los ata, y la nostalgia, y la culpa, no les permite entender que la vida está al frente.
Hay generaciones que simplemente no caminan, igual que cómo nacen, se mueren, y son un retrato en high definition de la vida del pasado.
Hay generaciones que avanzan hasta dónde pueden: los obstáculos y las presiones les generan conformismo, y dejan los Propósitos de Gloria a mitad del camino.
Hay generaciones que avanzan, lo hacen velozmente y a paso firme, el único problema es que tomaron el camino equivocado, y al llegar a su meta, sabrán que estaban mejor antes de iniciar su avance.
Hay generaciones que son capaces de emprender todo tipo de propósitos, pero su GPS opera bajo el satélite del egoísmo y por eso avanzan hacia ellos mismos, dejando a su paso, con una sensación de fracaso, a la gente que les acompaña en su avance.
Podríamos revisar toda la Biblia, y no encontraríamos una sola persona, que hizo historia de la mano de Dios, haciendo su propio camino, todos, absolutamente todos, vivieron para los Sueños de Dios. Y quienes fracasaron, se debió a buscar lo propio, y abandonar el legado de Divino.
Si en el antiguo testamento, los hombres y mujeres de Dios fueron llamados a avanzar, hoy a la iglesia, le fue encomendad0 avanzar hacia la conquista del mundo, por medio de la predicación del evangelio. Tú y yo podremos ser una generación que avanza, si dedicamos, nuestras fuerzas, nuestro talento, nuestro dinero, nuestro tiempo, y nuestra vida, a lograr el sueño de Dios: salvar a los hombres.
