¿POR QUÉ EL AFÁN POR BRILLAR?

Ezequiel 28:17 (Palabra de Dios) Tu belleza te hizo llenarte de arrogancia. Tu esplendor corrompió tu sabiduría. Por eso te eché ante otros reyes, para dejarte en ridículo.

En el próximo mes cumplo 40 años de estar dedicado de corazón a la obra del Señor y he visto como tantos futuros ministerios fueron malogrados por el afán de brillar antes de tiempo. Me doy cuenta que los grandes hombres y mujeres que Dios ha usado en la historia de la iglesia nunca estaban buscando ni posición ni gloria. Es más, con algunos Dios tuvo que altercar un rato para convencerlos que ellos eran aptos para la obra que El los llamaba. Moisés y Jeremías son dos vivos ejemplos de esto. A algunos les sucede que empiezan a brillar porque están cerca de la gloria de Dios como le pasó a Lucifer. El gran error de Lucifer fue creer que él era un productor de la gloria cuando él era sólo un reflector. Por eso quería volar solo teniendo unas alas muy cortas. Es cierto que voló, pero fue hacia abajo a la tierra, donde caen todos los que no han conquistado el pecado del orgullo y la autosuficiencia.

Es muy peligroso cuando nos cegamos con nuestra propia gloria porque ya dejamos de mirar hacia arriba y empezamos a mirarnos hacia dentro con una identidad pervertida de lo que creemos que somos. Ese es el momento cuando el esplendor o brillo corrompe la sabiduría de la persona y piensa que él es el centro de todo. El peor pecado no es el que viene de afuera, sino el que crece en un corazón que quiere brillar independiente de Dios. Que fácil es ver el pecado de un borracho o un drogadicto, pero que difícil es discernir ese narcisismo espiritual que nos lleva a enamorarnos de nosotros mismos, porque “soy el cantante más brillante del momento” , “soy el predicador más ungido del continente”, “soy el maestro más articulado de las doctrinas de la Biblia” o porque “soy la persona con más visiones y revelaciones del Espíritu Santo”. Recuerda que no había un diablo para tentar a Satanás, él se tentó a sí mismo. ¡Cuidado que no te tientes a ti mismo por el brillo del momento y caigas como Lucifer por tierra!

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